Oración del justo juez

Oraciones originales al Justo Juez 2019-02-22

Oración del justo juez

Aunque Dios creo el mundo para ser un lugar precioso en el que vivir, no todos los humanos entienden eso centrando sus esfuerzos en hacer del planeta la cuna del mal pasando por alto la autoridad del verdadero dueño de todo cuanto les rodea. Esta es la razón por la que ante la adversidad, injusticia y persecución debemos recordar que el único guía y salvador es el Todopoderoso. Invoque la protección del Justo Juez y será salvo.

Oración al Justo Juez pidiendo protección

Aunque existe una impresión aprobada y reconocida de la oración original – grabada en una plancha en oro que reposa en las instalaciones del Convento de religiosos armenios de Santa María Egipciaca emplazado en las faldas del Monte Líbano – y que fuera encontrada en el Monte Calvario por el príncipe Godofredo de Boullón durante la guerra que librara contra los mahometanos para rescatar los santos lugares de Jerusalén, no es necesario recurrir a ella para recibir los favores del Justo Juez.

Será suficiente con hablarle desde el fondo de su corazón y pedirle su intervención para librarse de enemigos, de guerras, persecuciones de justicia, pestes, prisiones o cualquier otra clase de peligros en el camino.

Asimismo, es necesario rezar con mucha devoción un Padre Nuestro al terminar sus plegarias y volcar en ella toda su fe, con ello será suficiente para que Dios Padre Omnipotente actúe a su favor y le conceda esa bendición que tanto anhela.

¿Cómo rezarle al Justo Juez?

Además de la versión original de la oración al Justo Juez – y la posibilidad de simplemente abrir su corazón y contarle lo que le agobia – existen algunas plegarias que sirven al momento de buscar su auxilio y protección; tome nota de algunas de ellas:

Del oponente cuídame, por favor haz a un lado todos los males que puedan atravesarse en mi camino, que las adversidades solo sean una prueba, que esta situación me haga confiar más en mi dios todopoderoso, estoy seguro de que es una etapa que debo superar y no son más que simples obstáculos que caducaran. Confió en ti mi justo juez. Amén.”

Suponiendo que quiera emprender un viaje, conviene recitar:

“Defensor del abrumado y justiciero de mi vida, por favor dame todas las fuerzas y acompáñame en el camino sin desampararme, ayúdame a nunca sufrir o verme afectado por mis enemigos. No permitas que caiga en tentaciones del mal y ayúdame a cada día ser mejor persona y llenarme de amor.

Mi protector, resguárdame de todo tipo de peligro o maldad que pueda ser capaz de afectar mi vida. No permitas que las cosas malas puedan afligirme. Siempre pido perdón, porque sé que si soy capaz de limpiar mi corazón, tú también serás capaz de sanarme y nunca me abandonaras. Amén.”

Como queda claro, no son más que palabras que bien pudieron haber salido de su boca sin mayor complicación; acompañe estas oraciones con buenas acciones y manténganse en el camino que pauta los mandatos de Dios para tener con ello un espacio en su rebaño cuando llegue el día del juicio final.

 

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